LA VERDADERA FELICIDAD
Nuestra
meta es ser felices. Todo lo que hacemos o decidimos a lo largo de nuestra vida
es con el fin alcanzar la felicidad.
Pero,
si eso es lo que tanto anhelamos, ¿por qué no somos capaces de llegar a ella? Si
siempre vamos en su busca ¿por qué lo único que encontramos es la nada? ¿Es,
entonces, una utopía? ¿O es que estamos buscando en el lugar equivocado?
Probablemente
sí. La manera de pensar del mundo se mueve en torno al tener, vivimos en la
sociedad del espectáculo, tal y como predijo Guy Debord (1931-1994). Eres según lo que tienes. Nos explican lo qué es la
felicidad por medio del mercado. Nos la venden en los medios de comunicación y
ahora, principalmente, en las redes sociales. Una felicidad que no es más que
una cortina de humo a la realidad.
Fotograma de Pocahontas (1995) |
Nos ha pasado como en la película Pocahontas (1995), cuando el río se parte en dos y hay un camino difícil y otro que nos espera con los brazos abiertos. Hemos elegido este último, bien iluminado y oliendo a gloria, pero que desemboca en aguas contaminadas. La felicidad va por encima de la artificialidad por la que nos lleva el mercado.
Para
entender en qué consiste el camino a la felicidad, desarrollaré la idea de Epicuro (341 a.C - 270a.C ), uno de los
filósofos más importantes del Periodo Clásico de la antigua Grecia.
Él defendía
el hedonismo como modo de vida, pero el placer del que habla no es una gran
casa con piscina, una pareja perfecta y una cantidad descomunal de dinero.
Estos son los grandes errores que nos venden como felicidad en la actualidad.
Busto de Epicuro. Copia romana del siglo II de un original griego de la primera mitad del siglo III a. C. Museo Metropolitano de Arte de Nueva York |
Epicuro
hablaba de tres errores que cometemos al buscar esta satisfacción y que hoy en
día los medios nos venden como el verdadero objetivo:
El
primero es la constante búsqueda de una pareja. Creemos que esto nos llevará a
la felicidad, de forma que depositamos en otra persona la responsabilidad de
proporcionarnos alegría. Gran error. Este filósofo defendía que los amigos son
muchísimo más importantes, sin celos ni problemas.
El
segundo error, y el que más persiste en la actualidad, es la creencia de que el
dinero nos llevará a la felicidad. Esto es contrario al hedonismo, ya que, ¿cuánto sufrimiento hay que pasar
para acumular una gran cantidad de dinero? Obedecer a un jefe, invertir (o
malgastar) tiempo en algo que no nos gusta, etc. Para Epicuro una de las bases
de la felicidad es la libertad, por eso edificó junto a sus amigos una de las
primeras comunas autosuficientes.
El
tercer error, que aumenta con el tiempo, es la falta de silencio. No nos
dejamos tiempo para reflexionar sobre nosotros mismos y nuestras acciones. Más
ahora, en nuestros tiempos, que al llegar a casa si estamos solos encendemos la
televisión, aunque no la veamos, simplemente por miedo a la soledad. Este
hábito parece inofensivo, pero los mensajes de consumismo que lanza la
televisión calan en nosotros y nos llevan hacia el camino de “felicidad” con
olor a Channel nº5. El gran bombardeo
de información nos hace olvidarnos de nosotros mismos, nos absorbe.
Captura del Instagram @Slimesunday (2017) |
En
resumen, el constante espectáculo en el que vivimos nos ha echado de forma
sutil y bien decorada del verdadero objetivo de la humanidad, ser felices.
Puede que no todo esté en las playas paradisíacas y la talla 36 de pantalón.
Puede que sea más sencillo que todo eso y solo tengamos que mirar un poco más
dentro de nosotros mismos. Según Guy Debord (1931-1994), en La sociedad del
espectáculo (1967) “si no te muestras, no existes” pero ¿vale la pena existir en estas
condiciones?
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